“Fargo – La Serie” y lo digo con doble intención, en primer lugar para que quede claro que no voy a comentar la película de los hermanos Cohen, pero también porque considero que la primera temporada de Fargo en HBO es “la serie” por excelencia, si alguien me preguntase qué serie no debería perderse mi respuesta sería muy clara: Fargo en su primera temporada.
Fargo, la película, a mi juicio es espléndida, de las que cada cierto tiempo deben volverse a ver, los Cohen crearon unos personajes maravillosos que se desenvuelven en un clima narrativo lleno de originalidad que sorprende sin tregua al espectador.La consideración anterior era para mí un mal punto de partida para aventurarme a ver la serie televisiva, pero sin embargo, y para mi sorpresa, la serie me ha parecido simplemente soberbia, la atmósfera creada por los Cohen en su momento está perfectamente conseguida, los giros de guión son continuos y son pura delicia, y los personajes, que no son los mismos que en la película, mantienen una fidelidad absoluta en cuanto a su tipología y características con aquellos creados por los Cohen en su día.
Visualmente la serie es un espectáculo, cada toma y cada encuadre son inmejorables, las escenas de violencia explícita están rodadas y narradas con la intención de ser digeribles, y a todo ello hay que añadir que la banda sonora es impecable y es un elemento más de la narración.
El plantel de actores de la serie no solo no desmerece al maravilloso casting de la película, sino que está a un nivel soberbio sin excepciones, mención especial merecen Martin Freeman, Billy Bob Thornton y Allison Tolman, el primero por cómo da vida a un patético Lester, el segundo por una interpretación majestuosa como Malvo, un psicópata para no olvidar, y la tercera por pasar con éxito la gran prueba que supone medirse con la McDormand de la película.
La serie logra que acabes por sentir simpatía por todos y cada uno de los personajes, con independencia del rol de villanos o de buenos ciudadanos que representen, consigue que el espectador acabe por identificarse con los protagonistas de la historia, haciéndolo de forma natural y sin que apenas el mismo espectador lo perciba.
No sé bien si la película o la serie pretendían tener alguna clase de moraleja, pero lo cierto es que ambas me llevaron a una misma reflexión, nos creemos seguros instalados en nuestras vidas cotidianas sin percibir su fragilidad, pero en cualquier momento la tragicomedia que es la propia vida puede convertirnos en protagonistas de acontecimientos inesperados y que ni siquiera podíamos imaginar, poniendo todo patas arriba.
Fargo, creo que nos habla de eso, nos habla de nosotros, cuando por unos motivos u otros perdemos nuestra cotidianidad, y de cómo reaccionamos ante ese hecho, hay quien lo hace sumando errores en huidas hacia ninguna parte, y hay quien trata de sobrevivir a lo inesperado e intenta recuperar lo antes posible esa cosa indefinida que llamamos “la normalidad”.