En Undone nada es lo que parece, lo real y lo imaginario se entremezclan de forma hábil, delicada y sutil; lo real y lo imaginario forman un todo onírico condicionado por traumas familiares, recuerdos de infancia y una extraña combinación de lo mágico con lo esquizofrénico
Serie de ocho capítulos de escasa media hora de duración cada uno, la podéis ver en Amazon-Prime. Vaya por delante que es una serie en la que se ha utilizado la rotoscopia como técnica, es decir, la serie está rodada con actores reales si bien lo rodado posteriormente se pinta con el fin de que la apariencia sea la de una serie de animación.
La técnica utilizada en ningún caso esconde el trabajo de los actores, y no impide afirmar que el trabajo de todos ellos es excelente, destacando a Rosa Salazar dando vida a Alma como protagonista de la serie que está, a mi parecer, sobresaliente.
Que nadie piense que estamos ante una serie en la que lo visual es lo sustantivo porque, a pesar de ser maravillosa en ese aspecto, lo cierto es que todo en ella está al servicio de la historia, de lo narrado; lo que realmente hace distinta a Undone es su guion imprevisible y sorprendente en todo momento, pero al mismo tiempo terrenal y cargado de humanidad.
Undone juega con el tiempo, nos presenta a una protagonista que después de sufrir un accidente de tráfico se encuentra con que su forma de percibir el binomio espacio-tiempo ha cambiado, lo que le permite incluso mantener diálogos con un padre ya fallecido, al tiempo que le ofrece la posibilidad de alterar el presente trasladándose al pasado para modificar hechos o situaciones ya acontecidos.
A pesar de la corta duración de la serie, el guion es capaz de manejar distintos tonos, en ocasiones podremos ver a una Alma divertidísima, para en otras situaciones descubrir a Alma reflexionando sobre cuestiones vitales de forma casi siempre irónica. Por momentos crees estar ante un drama intimista de mucho calado para acto seguido tener la sensación de estar visionando una comedia de situación.
En Undone nada es lo que parece, lo real y lo imaginario se entremezclan de forma hábil, delicada y sutil; lo real y lo imaginario forman un todo onírico condicionado por traumas familiares, recuerdos de infancia y una extraña combinación de lo mágico con lo esquizofrénico.
Personalmente, de Undone me ha atraído de forma especial el tratamiento que da a un más que posible trastorno esquizofrénico de la protagonista; el que esto escribe está muy lejos de ser un especialista en ese tipo de trastornos, pero tiene recuerdos muy nítidos de infancia cuyos protagonistas son familiares maternos que sufrían esa dolencia.
Tengo el recuerdo vivo de un primo de mi madre esquizofrénico, absolutamente brillante en aquellas actividades que despertaban su interés, con una inteligencia muy superior a la media, extraordinario jugador de ajedrez por ejemplo, pero inhabilitado para vivir en una realidad que a buen seguro no era la suya sino la de los demás.
No pondré yo en duda el conocimiento de la ciencia médica cuando establece un diagnóstico de esquizofrenia, pero ante la realidad que habitualmente me ofrece el mundo y la vida nunca dejo de preguntarme para que sirve realmente eso que llamamos convencionalmente cordura.